viernes, diciembre 27, 2002

Nunca escribiré un par de versos a derechas, porque me contaminan cultura y sentimiento afectado. La cultura es enemiga del ser originario, el primitivo ser de verdad ( sin haberselo conscientemente planteado ) y el sentimiento es el signo de los débiles, de los que tenemos que escribir por no poder decir, por ni tan sólo ser capaces de sentir, por no callar y sentir que ya no somos a tiempo de ser nadie.
Y porque estoy tan soberanamente triste quisiera hablar pero no puedo, no alcanzo introspectivamente a hallar el origen, el sentido, la raiz. Será porque es tristeza escrita, porque no se siente bien adentro, en la pura congoja de ser, del ser tendido, extendido hasta los confines de mis entrañas. He muerto, quiza no realmente, pero sin duda casi.
Y del amor que no siento puedo decir bien poco, quizas nada. Aunque esta nada sea muy reveladora. Reveladora de mis miedos, de mi tremenda inseguridad, de mi incapacidad afectiva, de mi debilidad extrema, de mi prevención. En suma, de todas mis miserias.
Y todo en mi vida es asombrosamente literario, incluso este diario que de verdad vital contiene mucha. Aunque siempre bajo el soslayo implacable de la letra escrita, de la letra bien escrita para que se entienda. Para que se comunique, para que lo entienda..... no se entiende en efecto, pero es que no soy poeta. ¿ Alguien lo dudaba ?
Y la suspicacia me puede porque me ha podido siempre mi don de percepción. Percibo en exceso y lo magnifico aún más. Todo es susceptible a ser mal interpretado, todo lo puedo interpretar y lo interpreto de la forma más maliciosa. No sé porque soy tan desconfiado, no sé porque pienso la maldad de la gente, continuamente, quizas las respuestas se encuentren en el espejo. Quizas sea eso.
Gusto a veces de imaginar cosas y de imaginarlas bellas. Imagino gente más bella de lo que es, gente extraordinaria de inenarrable condición. Y a veces me excedo en mis fantasias, y las hablo y me responden. Me guían en lo que pueden, como las maestras maternales a los niños, algunos los ven con suficiente autonomía para guiarse a sí mismos. Otros como yo, son o demasiado activos o melancólicamente solitarios para ir solos. Necesitan una mano que les conduzca con rectitud y afecto por el camino, por el camino de la vida.

miércoles, diciembre 04, 2002

A mis chicas de clase, que a todas os veo y me veis, me sentiis me presentiis en vosotras, mi mirar en vuestra faz, vuestro mirar curioso, vanidoso y delegado en la mía. Se que estamos todos en lo mismo, quien pudiera atreverse a confirmarlo.
Lo deseas pq lo noto en tu mirada, en tu dudoso actuar, sí, ya sabes que debes sentarte a mi lado, como simple juego, como el roce que nos tenemos. Sabes y yo sé que no es accidental, tal convicción te alimenta, nos alimenta. Quiza volveras a sentar-te, intentas reprimir lo lúdico, lo arriesgado de poner algunas cartas sobre la mesa y guardarse las mejores, se que dudas en jugarlas, se que jamás te atreverás a apostar fuerte, con dureza y decisión, sé que me miras de reojo, sé que anhelas mi contacto, sé que nos volveremos a ver, no a mucho tardar estaré a tu lado, si tus recelos no lo impiden, no lo impedirán pq es así, y tú lo sabes.
Porqué me quieres dejar, yo habré de pensar, sin duda lo sé... Quieres el todo, y no puede ser, te falla la dignidad para asumir que no la tienes. Por eso, y por no otra razón. me quieres dejar. Hazlo, pero estoy seguro de que volverás, mí simple comentario, a modo de anticipo, de una posible cita; te hará vacilar y anidar en tu corazón, lo que no pierdes pq no puedes, me debes tu esperanza.